20 de Abril 2025
¿Tu perro o gato es muy selectivo con la comida? Descubre de que es, sus causas, y qué estrategias se podrían aplicar para mitigarla.
¿Qué es la selectividad alimentaria en animales de compañía?
La selectividad alimentaria se refiere a la preferencia o rechazo persistente por ciertos tipos de alimentos, texturas, olores o formas de presentación. Muchos tutores describen que su gato o perro solo come ciertos alimentos, se aburre fácilmente o incluso deja de comer sin causa aparente.
Este fenómeno no debe ser interpretado como una “maña” o un problema de obediencia, sino como una expresión legítima de malestar, sensibilidad sensorial o alteraciones subyacentes que requieren una mirada clínica.
Neurobiología del apetito: el cerebro también se alimenta
La alimentación es una conducta compleja que involucra múltiples sistemas:
El hipotálamo, encargado de regular el hambre y la saciedad mediante señales hormonales como la grelina y la leptina.
La amígdala y el sistema límbico, que asocian emociones con la experiencia de comer.
La corteza sensorial o somatosensorial, que interpreta las características físicas del alimento: textura, temperatura, olor, sabor y forma.
Cuando alguno de estos sistemas está alterado, ya sea por estrés, ansiedad, dolor o hipersensibilidad sensorial, el animal puede volverse selectivo, e incluso evitar comer.
Trastornos que pueden manifestarse con selectividad alimentaria
La selectividad alimentaria puede ser un signo temprano o persistente en varios cuadros clínicos, entre los cuales podemos hallar:
📌Trastornos del procesamiento sensorial (TPS)
Animales que responden con hipersensibilidad a estímulos táctiles, olfativos o auditivos. Un olor fuerte o una textura inesperada puede provocar rechazo inmediato.
📌Trastornos de ansiedad
Gatos y perros con ansiedad generalizada, fobias o estrés crónico pueden presentar alteraciones en el apetito o dificultad para alimentarse en ciertos contextos.
📌Dolor físico
Problemas a nivel oral, digestivos, articulares o viscerales pueden hacer que el acto de comer resulte doloroso, generando aversión.
📌Enfermedades gastrointestinales o inflamatorias
Algunas patologías digestivas, como gastritis crónica, colitis o disbiosis intestinal, pueden alterar la percepción del alimento.
📌Trastornos cognitivos
En animales geriátricos, los cambios en la percepción sensorial, el olfato y la memoria pueden influir negativamente en el interés por la comida.
No es un problema de conducta: es una expresión del cuerpo
Es importante insistir en que la selectividad alimentaria no es un problema de desobediencia ni un comportamiento aprendido por “malcriar” al animal. En la mayoría de los casos, es un reflejo de malestar físico o emocional, o una respuesta sensorial particular que debe ser comprendida y acompañada con empatía.
¿Qué puedo hacer en casa? (Estrategias orientativas, no universales)
Cada caso debe ser evaluado particularmente para armar un plan terapéutico eficaz. No obstante, existen algunas estrategias que pueden ayudar:
Evitar la presión durante las comidas: Obligar o insistir puede empeorar el rechazo.
Variar temperaturas y texturas: Siempre de forma progresiva, observando preferencias individuales.
Ofrecer pequeñas porciones varias veces al día: En vez de un gran volumen en un solo horario.
Permitir exploración previa del alimento: Mediante juegos de olfato u ofrecimiento de pequeñas porciones con la mano.
Evitar ruidos o estímulos molestos: El entorno debe ser tranquilo, evitar que se genere competencia entre animales que viven dentro de un mismo hogar.
Utilizar utensilios apropiados: Algunos animales rechazan ciertos materiales o formas de los platos.
Incluir rutinas sensoriales previas a la comida: Si el animal lo permite, puedes añadir caricias o masajes, que favorezcan la aparición de un estado calmo.
Respetar los ritmos individuales: no todos los animales comen con apetito a las mismas horas cada día.
Comprender que la relación con la comida está mediada por la biología, el entorno y la historia individual, permite acompañar a los animales con selectividad con mayor respeto. Lejos de imponer reglas rígidas, el enfoque debe centrarse en observar, adaptar y acompañar y siempre bajo un asesoramiento profesional.