¿Está validado el uso de cannabidiol (CBD) en trastornos del comportamiento en perros y gatos?
¿Está validado el uso de cannabidiol (CBD) en trastornos del comportamiento en perros y gatos?
3 de Agosto 2025
En los últimos años, el uso de cannabidiol (CBD) ha ganado terreno como terapia complementaria en medicina veterinaria, especialmente en animales de compañía. La promesa de un compuesto “natural”, “no invasivo” y “libre de efectos adversos” ha despertado el interés de tutores, profesionales de la salud y la industria del bienestar animal. Pero ¿qué evidencia real existe respecto a su eficacia en perros y gatos en el tratamiento de trastornos del comportamiento?
¿Qué es el CBD?
El cannabidiol es un compuesto extraído de la planta Cannabis sativa, no psicoactivo (a diferencia del tetrahidrocannabinol, THC), y ha sido estudiado por su potencial efecto ansiolítico, antiinflamatorio, anticonvulsivante y analgésico. En medicina humana, se ha aprobado su uso en ciertas epilepsias resistentes y se investiga su aplicación en ansiedad, dolor crónico y trastornos del ánimo.
¿Y en animales no humanos?
La mayoría de los estudios bien diseñados en torno al CBD en medicina veterinaria se han centrado en perros, evaluando principalmente su efecto en dolor crónico como la osteoartritis, epilepsia refractaria y, en menor medida, en ansiedad o estrés asociado a situaciones puntuales.
Un artículo de revisión reciente, Scientific Validation of Cannabidiol for Management of Dog and Cat Diseases (Romero-Sandoval et al., 2024), señala que, aunque existen múltiples productos en el mercado veterinario, la validación científica aún es limitada, especialmente cuando se trata de trastornos del comportamiento complejos y crónicos como la ansiedad generalizada, los trastornos de pánico o los trastornos compulsivos.
De hecho, varios ensayos que muestran mejoras en parámetros como la vocalización, el jadeo o el comportamiento durante fuegos artificiales, no permiten extrapolar automáticamente estos resultados a un tratamiento integral para un diagnóstico psiquiátrico. Estos estudios suelen evaluar signos aislados y no trastornos según criterios diagnósticos establecidos.
¿En qué se diferencia tratar un signo de tratar un trastorno?
Esta distinción es necesaria. Por ejemplo, un perro que ladra durante tormentas podría recibir CBD y mostrar una disminución momentánea de la vocalización. Pero si ese perro presenta ansiedad generalizada, hipervigilancia constante y un patrón de alteración emocional que afecta múltiples áreas de su vida, el tratamiento de fondo requerirá una estrategia multifactorial, probablemente incluyendo psicofármacos con mayor evidencia clínica, modificación del entorno, intervención conductual y apoyo/contención de su tutor/a.
Tratar solo el signo podría generar una falsa percepción de mejora, retrasando el diagnóstico y la intervención adecuada. En algunos casos, incluso puede generar empeoramiento por desregulación del sistema endocannabinoide o por efecto paradójico.
Esto último es sumamente importante, ya que el sistema endocannabinoide (SEC) es un sistema de señalización complejo que participa en múltiples funciones fisiológicas como la regulación del estado de ánimo, apetito, sueño, dolor, inmunomodulación, entre otros. Este sistema se basa en un equilibrio fino entre la producción de endocannabinoides (como la anandamida), sus receptores (CB1 y CB2), y las enzimas que los degradan.
Cuando se administra fitocannabinoides (como el CBD) de forma externa y sin una indicación clara ni monitoreo, puede haber un efecto disruptivo en ese equilibrio, especialmente si el SEC ya estaba adaptado a una condición patológica (como en ciertos trastornos ansiosos o neuroconductuales). Este tipo de intervención puede alterar los niveles basales de neurotransmisores, o la densidad de receptores, provocando una respuesta paradójica o una desregulación funcional.
Además, al igual que algunos psicofármacos, el CBD puede provocar reacciones paradójicas en ciertos individuos, sobre todo si existen comorbilidades neurológicas o psiquiátricas. En vez de inducir un efecto ansiolítico o calmante, pudiendo generar:
-Aumento de la irritabilidad o hiperreactividad.
-Cambios conductuales agudos (como vocalizaciones o intranquilidad).
-Aparición o exacerbación de conductas evitativas o defensivas.
Esto puede confundirse fácilmente con una recaída del trastorno o con una “fase de adaptación”, lo que lleva a mantener o aumentar la dosis sin reevaluar.
¿Y en gatos?
En gatos, la evidencia es aún más escasa. Se han estudiado algunos efectos en dolor y calidad de vida, pero no hay estudios clínicos sólidos que avalen el uso de CBD en trastornos del comportamiento felino, donde la farmacocinética además es diferente. El uso empírico en casos de miedo, ansiedad o agresión debe manejarse con cautela, especialmente considerando la sensibilidad de los gatos a ciertos excipientes y vías de metabolización hepática.
El CBD no está contraindicado, pero tampoco está validado como tratamiento de primera línea en trastornos psiquiátricos en animales de compañía. Como cualquier intervención, debe evaluarse caso a caso, bajo supervisión profesional, considerando diagnóstico, objetivos terapéuticos, comorbilidades, posibles interacciones y expectativas reales.
Su uso aislado, sin un diagnóstico, puede conducir a errores, confusiones o incluso retrasos en su rehabilitación.
En etología clínica trabajamos con animales que no solo tienen conductas problemáticas, sino que también experimentan sufrimiento a nivel emocional. El objetivo terapéutico no es solo “calmarlos”, sino mejorar su calidad de vida.
Antes de optar por el CBD, es clave preguntar ¿Estamos tratando un signo o abordando un trastorno?
Referencias:
Romero-Sandoval, A., Kolb, E., Twardziok, S., et al. (2024). Scientific Validation of Cannabidiol for Management of Dog and Cat Diseases. Frontiers in Veterinary Science. https://doi.org/10.3389/fvets.2024.1294040
Kogan, L. R., Hellyer, P. W., Downing, R., & Schoenfeld-Tacher, R. (2019). US Veterinarians’ Knowledge, Experience, and Perception Regarding the Use of Cannabidiol for Canine Medical Conditions. Front Vet Sci, 6, 338.
McGrath, S., et al. (2019). Randomized blinded controlled clinical trial to assess the effect of oral cannabidiol administration in addition to conventional antiepileptic treatment on seizure frequency in dogs with intractable idiopathic epilepsy. J Am Vet Med Assoc, 254(11), 1301–1308.
Deabold, K. A., Schwark, W. S., Wolf, L., & Wakshlag, J. J. (2019). Single-Dose Pharmacokinetics and Preliminary Safety Assessment with Use of CBD-Rich Hemp Nutraceutical in Healthy Dogs and Cats. Animals, 9(10), 832.