28 de Febrero 2025
Mucho se habla sobre la "educación" en perros, pero pocas veces se considera el impacto real que el bienestar emocional tiene en su salud y calidad de vida. A menudo, se asocia el bienestar con la capacidad de un perro para seguir órdenes, cuando en realidad lo que realmente influye en dicho bienestar es la estabilidad emocional y la reducción del estrés crónico, que, de ser sostenido en el tiempo, puede generar una serie de consecuencias negativas en la salud de los perros.
Consecuencias negativas tales como:
Disminución de la función inmunitaria, lo que los hace más propensos a enfermedades.
Aumento del riesgo de problemas cardiovasculares debido a la activación prolongada del eje HHA (hipotálamo-hipófisis-adrenal), lo que genera una liberación constante de glucocorticoides y catecolaminas. Esto puede contribuir a hipertensión, inflamación sistémica y alteraciones en la función cardíaca.
Alteraciones gastrointestinales, como gastroenteritis o disbiosis intestinal, que pueden derivar en cuadros crónicos.
Problemas dermatológicos, como dermatitis por lamido, alopecia psicógena y exacerbación de condiciones preexistentes como dermatitis atópica, debido al impacto del estrés en la barrera cutánea y el sistema inmunológico.
Problemas de comportamiento que pueden derivar en trastornos de comportamiento, aumentando el riesgo de abandono o eutanasia.
El entrenamiento basado en órdenes no es sinónimo de bienestar. Un perro puede sentarse, quedarse quieto o caminar sin tirar de la correa, y aun así experimentar altos niveles de ansiedad, miedo o frustración. Es fundamental reconocer que el comportamiento canino no se trata solo de "adiestrar", sino de comprender qué necesita cada individuo para sentirse seguro y equilibrado.
Desde la etología clínica, trabajamos con un enfoque integral, considerando factores como la genética, el entorno y las experiencias previas del animal para abordar los problemas de comportamiento desde la raíz. Esto permite no solo mejorar la convivencia, sino también prevenir problemas de salud asociados al estrés.
¿Cómo puedes mejorar el bienestar de tu perro?
Asegurando un entorno seguro y predecible.
Favoreciendo interacciones sociales amables y según la tolerancia de tu perro (sin obligación).
Proporcionando estimulación adecuada sin sobrecargarlo.
Comprendiendo y atendiendo sus emociones, más allá de su capacidad para obedecer comandos.
Brindar bienestar emocional a tu perro no solo mejora su calidad de vida, sino que también previene enfermedades y fortalece su vínculo contigo. Un perro que se siente seguro, formará por su propia cuenta estrategias para sobrellevar las vicisitudes de la vida sin siquiera entrenarlo.